He leído que conviene alejarse lo más posible del uso de flashbacks. Salvo que sea muy necesario para entender algún punto del plot. Los flashbacks aburren al lector, porque éste quiere saber qué pasó después en la historia principal que le interesa, y encontrar las respuestas a las preguntas dramáticas que se le fueron presentando. Todo lo que le aleje de eso va a ser una molestia para el lector a quien en principio no tiene por qué afectarle algo que sucedió en la infancia o adolescencia del protagonista, antes de que el conflicto que hoy nos invoca siquiera hubiese empezado.
Pero sin embargo, muchas de las situaciones que vinieron a mi mente al armar la historia de Santiago son interesantes, originales y coloridas en sí, además de relacionadas con el resto de la trama... ¿no sería una pérdida dejarlas afuera? He visto algunos libros que evitan los flashbacks presentando la historia en orden desordenado, intercalando escenas de la niñez, por ejemplo, llenas de tensión y sentido, con historias de un momento posterior, dejando en suspenso un hilo argumental para continuar el otro, y esto mismo en tres o cuatro planos espacio-temporales. Esto está excelentemente logrado en uno de mis favoritos: "Melodrama" de Jorge Franco. Me agendo en este momento releerlo para prestar especial atención a cómo es que lo hace. Tal vez ese mismo recurso es el que yo estoy necesitando. Mientras tanto, esperando a que las definiciones vayan llegando en este sentido, sigo avanzando en el perfil de Santiago, para luego abocarme al de Leonor y los demás. Todas estas otras historias también irán floreciendo llenas de riqueza, y voy a tener que ser muy selectiva y habilidosa a la hora de elegir qué información guardar y cuál presentar, y en qué orden y de qué manera ir presentándola.
Más allá de la historia personal, me he dedicado mentalmente a explorar el carácter de mi personaje. Al principio se me dificultó un poco encuadrar esta búsqueda: no me daba cuenta de qué aspectos tomar en cuenta como para definir blancos y armar a alguien lo más real posible. Me daba la sensación de que estaba pensando en detalles y no terminaba de definir la esencia de cómo Santiago era en realidad. Hasta que se me ocurrió un ejercicio que me ayudó muchísimo a esclarecerme: Pensé en tres personas en concreto que conozco bien (a decir verdad, dos personas reales y un personaje de una novela que leí) Bastante distintos entre sí, pero con algunas cosas en común, y comencé a pensar ¿en qué se parecen y en qué se diferencian estas tres personalidades? y luego, para las distintas variables... ¿A cual de los tres se parece más Santiago en ese aspecto y por qué?
Y así, teniendo en cuenta su historia, su entorno y la idea general que tenía de él, encontré un marco de referencia para ir armando mejor su esencia de adentro hacia afuera, desde lo inmodificable que es su naturaleza más íntima, hasta su filosofía, sus acciones y por último sus opiniones sobre los temas más variados.
Ahora empezaron las vacaciones de invierno, motivo por el cual se me va a dificultar desdicarle mucho tiempo a escribir. Pero sí voy a seguir pensando. Eso puede hacerse en cualquier lugar y es la parte más importante de la labor creativa. Y además voy a tratar de hacerme aunque sea una horita por día para ir avanzando con el blog y con mis apuntes.
Y así, teniendo en cuenta su historia, su entorno y la idea general que tenía de él, encontré un marco de referencia para ir armando mejor su esencia de adentro hacia afuera, desde lo inmodificable que es su naturaleza más íntima, hasta su filosofía, sus acciones y por último sus opiniones sobre los temas más variados.
Ahora empezaron las vacaciones de invierno, motivo por el cual se me va a dificultar desdicarle mucho tiempo a escribir. Pero sí voy a seguir pensando. Eso puede hacerse en cualquier lugar y es la parte más importante de la labor creativa. Y además voy a tratar de hacerme aunque sea una horita por día para ir avanzando con el blog y con mis apuntes.
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