jueves, 15 de julio de 2010

No me olvido de los míos

Uno puede escribir sobre cualquier cosa, pero cuando escribe sobre algo que realmente le gusta, le importa, algo que le toca de cerca... "lo suyo" el resultado es muchísimo mejor. Por eso en esta novela he decidido darle cabida a aquellas temáticas arraigadas profundamente dentro de mí. Sé que de ellas puedo obtener el mayor estímulo, y los resultados más interesantes. En eso se enmarca la creación de "Ethéria", un mundo espiritual que se parece mucho al de los sueños, pero con entidad mucho más allá de ellos. Ese es uno de los terrenos en los que más cómoda me siento, lo conozco a fondo, y puedo escribir sobre él con plena soltura. 

Pero a ello ya me dedicaré en más detalle en otro post. Ahora quería hablarles de otra de esas cosas que -como los sueños- también me fascina y por esto mismo decidí no dejarla afuera: la genealogía.

Los que me conocen sabrán seguramente que hace más de 15 años que trabajo, sin prisa pero sin pausa, en la investigación de mi árbol genealógico. He llegado muy lejos en algunas ramas, y siempre sigo haciéndolo crecer y agregando información. Me encanta conocer a mis antepasados, tratar de redescubrir su historia, y de ver qué de ellos influenció en mí. Es mi contacto más directo con la historia de la humanidad. A través de mis propios ancestros, consigo una identificación profunda que me hace conectar de una forma íntima con distintas sociedades y culturas. Si me entero que alguien fue antepasado directo mío, cambia totalmente mi forma de verlo, en relación a cuando no sabía que lo era. 

Por el año 1500, en España, tengo un gran abanico de antepasados en mi árbol. Tengo sus nombres,  situaciones familiares, y en algunos casos algunos datos como ocupación, cargo,  características físicas o de personalidad, anégdotas, o circunstancias de su muerte.

Entonces, ya que voy a estar trabajando sobre esa época ¿Como iba a dejarlos de lado? En vez de llenar mi obra de personajes inventados o desconocidos, voy a aprovechar para resucitar un poquito en ella a aquellas personas sin cuya lucha, esfuerzo y amor, yo no existiría. Estoy hablando de mis abuelos de decimooctava y decimonovena generaciones!! 

Me llena de entusiasmo pensar que, a través de mi imaginación, ellos van a viajar en el tiempo para ser rescatados del olvido y hacerse un lugar en los corazones de mis lectores, con sus nombres verdaderos, y con lo poco que sé de ellos, que para los siglos que han pasado, es mucho. 


martes, 13 de julio de 2010

El punto justo entre historia y ficción

Hay distintas formas de encarar la creación de una novela histórica. 
Una vez situados en un espacio y tiempo determinados, podemos limitarnos a utilizar este conjunto de circinstancias a modo de ambientación, fundando la trama en hechos y personajes totalmente ficticios, o bien podemos referirnos a hechos y personajes históricos reales. Mi lugar, mi equilibrio, está en algún lugar entre estos extremos. Para ser concretos, el Aleteismo no existió, ni tampoco existió Leonor D'Agremunt. Mi Inquisidor, al cual aún no le puse nombre, no será ninguna persona real de la historia, ya que obviamente, la Cruzada contra la Herejía Aleteísta tampoco tuvo lugar. Sin embargo, todo esto PUDO HABER EXISTIDO, en un marco histórico que lo hacía posible. Hubo un Rey, un Papa, un proceso general en el que se enmarcaba esta historia que no fue, tal vez sólo porque no estuvieron las personas indicadas en el escenario. Yo las pongo, y la historia fluye. Mi desafío es que se desenvuelva de la manera en la que se habría dado en la realidad. Por eso mis personajes y mis hechos imaginarios se entrecruzarán con algunos reales. Es delicado poner a alguien que existió de verdad a actuar frente a situaciones que no le tocaron vivir. Pero lo he visto hacerse numerosas veces con un efecto que a mi me gusta. Al fin y al cabo uno escribe lo que le gusta leer, y yo he disfrutado mucho de obras de "escaso rigor histórico".  Es lo que se llama "Ficción Histórica". Los autores debemos estudiar un tanto, e imaginar otro tanto. Mi punto de equilibrio está más cerca de la ficción, porque los eventos fundamentales aquí en juego no son verídicos. En otros casos he visto hechos verídicos como nudo central, narrados desde la perspectivas de personajes ficticios y con sub-plots imaginarios. Ese no es mi lugar. Sin embargo, a través de una herejía que no existió pero podría haber existido, resumo la historia de otras herejías que sí existieron. Las diversas circunstancias que rodean a este centro, están basadas en un interesante cóctail entre conocimientos e imaginación. 

lunes, 12 de julio de 2010

Le ha llegado el turno al Inquisidor

Me he decidido a no dar más vueltas y animarme a encarar como quinto personaje directamente al que venía evadiendo: el temible inquisidor. El terror de Leonor y del Aleteísmo. El que no parará hasta arrojarlos a todos al infierno de la hoguera. ¿Qué hay detrás de tan terrible determinación?

He conocido distinto tipo de inquisidores en mis lecturas: desde el tipo que en el fondo es recto, convencido de que su lucha es justa, impecablemente fiel a sus propios principios, como nos presenta "Ars Mágica" de Nerea Riesco, hasta el tremendo hijo de puta que sólo usa su puesto para sentirse poderoso pero en verdad no es más que un psicópata, como el de "Historia del Rey Transparente" de Rosa Montero. Ambos son personajes plausibles, y que cumplen a la perfección su rol en sus respectivas novelas. ¿Cómo será el mío?   En principio me inclino en general a que mis personajes tengan su justificación moral. Aún el más malo de todos, que si uno conoce su historia puedas entender sus motivaciones, y ponerte, aunque sea un poquito, en su piel. 

Por otro lado, al tratarse de un personaje que será temido, e incluso odiado por los personajes principales, es lógico que estos sentimientos se transfieran al lector. Por eso necesito conocer muy bien a mi inquisidor en su personalidad compleja, en su propia historia, entender lo que lo mueve, aunque no pueda quererlo. Para eso voy a estudiar primero que nada a los inquisidores verdaderos. Me pongo ya mismo a leer los libros que tengo sobre la Inquisición, por historiadores, no por novelistas. Así me pondré en contacto "with the real thing" al fin y al cabo, tipos como éste, existieron de verdad. No hay nada que inventar. Sólo hay que descubrir. Estudiar me ayudará a derribar las barreras que me impiden ver como es mi personaje en realidad. 

Porque sí, esto quería comentarles hace rato: me gusta pensar que mi historia existe en algún plano, y que yo no la estoy inventando, sino que estoy intentando descubrirla. Soy conciente de que esto es una ficción (no es que crea que de verdad sea así) pero es una ficción que sirve mucho a mi tarea artística. Me gusta creer en una relación entre obra y autor como la que tan bien ilustra Ursula Leguin en su "Lavinia". Cuando siento que algo lo estoy decidiendo, o lo estoy inventando, me pongo en alerta: voy por mal camino. 
En cambio cuando "descubro" que tal o cual cosa "es así" lo siento dentro de mis entrañas, me emociono y sé que por ahí viene la cosa. 

Es lo que me pasa por ejemplo con los nombres. Santiago es Santiago. Leonor es Leonor. Lo sé. Lo siento! Y tendrían que pagarme mucha plata para que cambie de idea al respecto (forma de decir) porque así es como ellos se llaman!!! 
En cambio el nombre de Leslie lo inventé yo. Y no estoy convencida al respecto. Es como un nombre de repuesto que le puse para llamarla de alguna forma mientras espero a que me diga de una vez el verdadero. Hay como una nube pesada a veces entre mi mente y mi obra. Necesito relajarme y concentrarme para despejarla y hacer contacto. Es muy gratificante cuando estoy allí, y todo empieza a fluir, y veo desplegarse ante mí a ese mundo que quiero llegar a conocer a fondo para después presentárselo a mis lectores de la mejor manera que pueda. 

Por eso, luego de leer sobre los inquisidores reales de la historia, me toca sentar al mío al diván y hacer que me cuente todo sobre él.

viernes, 9 de julio de 2010

Analizando la estructura de "Melodrama" de Jorge Franco

Voy por la cuarta de las diez fichas de personajes principales. Se trata de Tania, la esposa de Santiago y madre de Leslie. Pero en el fondo sigo preocupada por lo que ya planteé varias veces en este blog: cómo voy a presentar la información. Entonces para tranquilizarme un poco en este aspecto y tener al menos una guía, ayer y hoy me senté con Melodrama, un cuaderno y un lápiz, a desentrañar cómo lo hizo él. ¿Por qué Melodrama? Es una novela que a simple vista no tiene nada que ver con la mía: ni la ambientación, ni la historia están relacionadas en absoluto, y sobre todo el tono es absolutamente distinto. Ese tono informal, lleno de grocerías, ocurrencias y malas palabras, puede divertirme cuando lo leo, pero obviamente no es el mío, y no tendría ningún sentido impostarlo. Mi tono se parece más al de un autor norteamericano. Al  de Ken Follet en Pilares de la Tierra, por ejemplo. Entonces, ¿por qué Melodrama? Porque el autor se ha visto con un desafío muy similar al mío en cuanto a su estructura, y lo ha resuelto magistralmente. Tanto su historia como la mía, están estructuradas basicamente en dos líneas de tiempo. Dos épocas distintas que están relacionadas entre sí. Tambien integramos varios puntos de vistas, de personajes diferentes, sobre la misma época. Y una tercera instancia, que en su caso son los comentarios entre paréntesis sobre la escritura, y en el mío es un mundo fantástico y espiritual, atemporal, llamado "Etheria".

Capítulo por capítulo, fu analizando el tipo de escenas que Franco intercalaba y pude distinguir las siguientes:

-Un punto 0: Que es el origen de la historia. Punto de referencia desde el que se va apliando hacia adelante y hacia atrás.

-La línea A: Que es la línea que contiene al cero. La historia principal, el presente. 

Dentro de la linea A se distinguen claramente dos subclasificaciones:

1) Antes o después del cero (+A o -A)

2) Narrado desde el POV de Vidal o desde el de Perla (A´ o A)

Obviamente estas clasificaciones se conjugan, con lo que distingo 4 tipos de escenas (+A, +A´, -A y -A´)

-La línea B

El pasado. La historia de Libia y Pablo Santiago. Una historia secundaria pero tan importante como la principal. Estas escenas se muestran desde diversos POV, y van avanzando mucho en el tiempo, varias generaciones hasta llegar, hacia finales del libro a unirse con la línea A.

-Las escenas entre paréntesis

Una tercera instancia. Las marco con ()

¿Cómo se intercalan estas escenas?

Tras analizarlo con detenimiento capítulo por capítulo puedo concluir dos cosas importantes:

1) No es matemática pura. No hay una fórmula. Él va trayendo las escenas a la luz a medida que algo le sugiere que es tiempo de presentarlas. Porque es un elemento de plot que necesita conocerse, o porque algo en tal línea "le hace acordar" a algo en tal otra línea. De algún modo u otro tiene que ver, por eso es hora de presentarlo. Y lo que es absolutamente genial es el abanico de estrategias que usa Franco para saltar entre las líneas con coherencia. Brillante. Siempre original, sorprendente. 

2) A pesar de esto, lleva una cierta guía o progreso. No es al azar ni desordenado. Aunque con excepciones, todo va avanzando de una cierta manera. Esa manera, muy a grandes rasgos, es así:


Comenzamos con el 0

Intercalamos luego escenas de las distintas líneas, en este orden:

+A, y +A´ avanzando desde el 0 en orden cronológico. Este es el avance de la historia real. El que más emoción trasmite al lector porque son las respuestas a la mayor pregunta dramática del plot: ¿Qué va a pasar después?

-A y -A´Avanzando desde un punto anterior hasta el 0. Lo que nos va dando una idea de como llegaron los personajes hasta la situación 0. Estos pasajes se terminan hacia el capítulo 5, donde llegamos a un 0´ (La llegada de Perla a Paris)

B En orden bastante cronológico, como una historia de vida. (La historia de los abuelos, el nacimiento de la madre, la  niñez de la madre, adolescencia, formación de su pareja, nacimiento de Vidal, niñez de Vidal)

() Sin orden. Sólo son comentarios a la lectura. Como que el autor le lee a su madre lo que está escribiendo y comentan al respecto.

El final es, como no poría ser de otra forma, el fin cronológico de la línea A. (con un comentario entre paréntesis)

Como ven... este es un análisis muy formal. No me meto en la trama ni en los personajes. Simplemente me enfoco en el aspecto que me interesa entender de este libro.

A mi me sirve.

Por lo menos ahora ya estoy más tranquila, que de algún modo el caos puede formar algo coherente, y mucho más que eso... maravilloso.

martes, 6 de julio de 2010

Ramificaciones imprevistas

Terminé la ficha de Leonor, y como decía, paralelamente tuve que entrar a modificar el documento que originalmente tenía creado sobre Aleteísmo. Una cosa se retroalimenta con la otra, y eso es lo genial de armar todo este material preliminar antes de ponerme a escribir la novela en sí. Creando a los personajes, van surgiendo ideas sobre la trama, todo es un ida y vuelta muy productivo. Un apartado que le agregué a las fichas es: "Personajes secundarios que surgen de esta ficha" y me di cuenta de que aparecen un montón de nuevos personajes que son necesarios.  Ahora tengo que ir por la ficha 3/10: Leslie, la hija de Santiago. Cuando termine, voy a armar una tabla similar a la que hice con los diez personajes principales, para todos los personajes secundarios que vayan surgiendo de todas las fichas. Por más secundarios que sean, cada uno debe tener su nombre, su aspecto,  motivación, carácter y evolución. Eso es lo que le da profundidad a la buena ficción. Nada de personajes huecos o borrosos. 

Ya estoy pensando con cierta preocupación cómo voy a seguir después de terminar con la caracterización de todos los personajes. Cuando escribí Lina, tuve clara desde el principio la estructura: las dos historias paralelas narradas en capítulos pares e impares (al estilo Eva Luna) Sobre esa estructura construí la trama, fue un punto de partida para la historia como un todo.

Ahora no tengo eso. Tengo una historia que contar. Tengo personajes ricos, con su propia histroria cada uno de ellos. Tengo material por doquier, pero me falta una estructura.

No tengo la menor idea de por donde voy a empezar a contar la historia. Es muy importante como dosificar la información. En qué orden presentarsela al lector para que todo se entienda, para maximizar el misterio, tirar preguntas y luego, junto con las respuestas, nuevas preguntas.

Cuando termine mis fichas voy a armar en el writer's blocks un documento con todos los eventos de la tama, ordenados en columnas por personajes POV y cronología.

Y con todo eso voy a jugar visualmente, hasta encontrar la manera óptima de organizarlo. De allí resultará mi STEP OUTLINE.

Pero me estoy adelantando. Primero a seguir con las fichas. Primero vamos con toda, con Leslie! 

 

viernes, 2 de julio de 2010

No puedo hablar de Leonor sin hablar de aleteísmo

...y no puedo escribir un blog sobre mi novela sin adelantar aunque sea algo de la trama. Empecé muy general, concentrándome sólo en la técnica y sin profundizar en el tema en sí, pero ha llegado el momento de comentarles un poco de qué se trata todo esto. Aunque no voy a adelantarles la historia más allá de lo que pueda leerse en la contratapa del libro.
Comienzo por decir que mi novela está ambientada a la vez en dos épocas distintas: en el presente (siglo XXI en norteamerica) y en el pasado, edad media (siglo XVI) en Europa. Ambas realidades interactúan. Leonor es un personaje del escenario situado en el pasado. Una mujer luchadora, de carácter fuerte, totalmente testaruda al punto de ser capaz de dar su vida por sus convicciones. Es cofundadora y líder de una religión, una herejía medieval: el aleteismo. Por eso, para pensar en Leonor y completar su ficha como hice con la de Santiago, debí dar un paso al costado y preguntarme: como es el aleteismo? En qué creen exactamente? Y sobre todo: Cómo surgió? Si para ella el aleteismo es algo tan central en su vida, definir el contenido de esta religión es crucial para conocerla a Leonor. Empecé pensando en ella, pero inevitablemente me desviaba hacia el surgimiento del Aleteísmo. Necesitaba armar un conjunto de circunstancias coherente para dar nacimiento a un movimiento como este. Hice converger entonces a un grupo de personas, cada cual con algo que aportar, una motivación, un condimento que arroje como resultado la receta explosiva final. En el camino, la infancia y adolescencia de Leonor fueron tomando definición, y en consecuencia también ciertos aspectos de su personalidad. Tengo pendiente investigar más a fondo sobre otras herejías medievales. Conozco bastante sobre los cátaros, y su historia me ha llamado tanto la atención que influenció mi decisión de escribir sobre esto y no sobre otra cosa. El aleteismo es imaginario, inventado por mí. Es posterior al catarismo (300 años después) y más evolucionado, lo que hubiera sido muy avanzado para una religión de aquella época. Deberá vérselas con la inquisición. Me encanta tener como personaje a una mujer que desafíe todos los prejucios: culta, instruida, inteligente, y a la vez capaz de enfrentar a cualquira, de montar como hombre, de manejar una espada y no hesitar a la hora de clavarsela al enemigo. Su peor defecto: su cerrazón mental. Retirarse a tiempo podría salvarle la vida a ella y a los suyos, pero parece demasiado obstinada como para dar el brazo a torcer. No está en su naturaleza, y las consecuencias podrían ser nefastas.