miércoles, 5 de enero de 2011

En el tren del progreso

Hola amigos! Aquí estoy, ya promediando el capítulo 3 de la novela. Muy entusiasmada con el color que va tomando todo esto. Siento que a esta altura, los lectores ya estarían enganchados. Que ya ha pasado la etapa de presentación y ahora sí nos hallamos sumergidos a fondo en la historia en sí, identificados con los personajes y preocupados por lo que pasará después.

El problema es que esto se hace un poco incompatible con mi escasa paciencia... pero esto me está ayudando a dominarme. ¿Por qué lo digo? He calculado que llevar un capítulo a etapa de draft me lleva un mes aprox. Son mas o menos 20 capítulos. Tengo dos años de aquí al primer draft!! Y luego un año más para el primer edit. Y otro para el 2do edit y la publicación. Son cuatro años aprox, pero ¿quién me apura?
No veo por qué desesperarme por terminarlo, si disfruto del proceso. Si estoy haciendo algo que siento que vale la pena, que está copadísimo, que me entusiasma. ¿Por qué esa presión por terminarlo? La felicidad no es la llegada, es el camino. Así que aquí estoy, subida al tren, en pleno disfrute del increíble regalo de la vida que es poder crear una gran hiostoria, y escribirla.

Para continuar comentandoles sobre mi método, les recuerdo cómo estoy trabajando en esta etapa, y me gustaría ejemplificárselos, con una escena en sus distintas etapas de desarrollo.

Primero he hecho el Step Outline de toda la novela.
En él se presenta una breve reseña de lo que sucede en cada escena de principio a fin.
Esta sería la entrada de una de mis escenas en esta instancia:

" accidente

Desc: urgel jr dispara una flecha que hiere de muerte a la novia. la escena termina cdo se escucha el desgarrador grito de la chica. el hno de leonor esta en la escena
"


Luego voy trabajando capítulo por capítulo, a nivel de Plot Outline. Cada capítulo tiene 3 o 4 escenas. Las hago todas como Plot Outline, y después que ya están todas, las paso a draft. Lo mismo luego con el siguiente capítulo.

Este es el Plot Outline de la escena recién esbozada:

"el grupo avanza caotico por el bosque
los chicos bromean, estan ansiosos por dispara, excitados aun por el juego del gato
van por el camino
no disparen aun, dice el papa de fran esperen que nos adentremos en el bosque
podemos entrar ahora? dijo uno impaciente
no, aun estamos muy cerca
zaz, un flechazo dio en un arbol! buenaaa! jajaja todos se divertían
quien fue? el hijo mayor del conde
dame tus flechas
pero señorrr...
pero nada, damelas, eso es muy peligroso. vamos organizados, nadie dispara hasta que yo les diga o regresamos
los niños no parecian obedecer a la autoridad del padre de fran
el tuvo suerte conmigo que soy tranquilo y obediente. uh si le hubieran tocado hijos como estos!
la mamá de fran murio cuando el nacio, por eso ellos eran tan allegados. el siempre fue compañero de su padre y se tenian gran confianza. el lo respetaba.
Estos rufianes, en cambio, se mofaban de el a sus espaldas y no lo obedecian en absoluto.
Se oyó un ruido entre los arboles.
Será un siervo? dijo uno
Shhhh... dijo urgel jr para oir mejor. el sondo se oyo otra vez
Yo le doy! excamó y soltó su flecha en direccion al el sonido
el grito que se oyo inmediatamente despues francisco nunca lo olvidaría
fue un sonido espeluznante. Urgel habia dado en el blanco, y este no era un ciervo.
ni nada parecido.
la voz que agonizaba a unos metros era inconfundible... una voz humana, una mujer, que a juzgar por sus alaridos estaba sufriendo mucho.
todos se quedaron paralizados.
Fran miró a su papá. Dios mio, que has hecho?
ur tenia expresión de pánico.
Luego de un suspiro final, los alaridos se acallaron- Pero el silencio se rompió por la atronadora voz de un hombre: Noooo!!!!!!!!!!!!!!
"


Como ven, son frases cortas, descriptivas de cada "beat" de acción o reacción, que no tienen en cuenta la forma sino sólo el contenido, y que ofrecen la estructura para la verdadera escena.

A continuación, verán el draft de la misma escena, en el que podrán apreciar como, a pesar de las diferencias, se apoya claramente en lo anterior.

"Don Jaime de Urgel se hallaba en dificultades a la hora de controlar a un grupo de adolescentes en pleno fervor de su pubescencia, en su mayoría nobles acostumbrados a hacer cuanto les viniera en gana, ansiosos por disparar sus flechas, excitados aún por el juego del gato, mientras avanzaban hacia el bosque. Los jóvenes bromeaban constantemente, y a pesar de que él insistía en que mantuvieran el orden, no se mostraban muy sumisos a su autoridad.
Representaban para él un desafío casi inmanejable.

Haciendo su mayor esfuerzo, y fingiéndose más opresor y seguro de sí mismo de lo que en verdad era, los hacía caminar juntos por el camino principal. Su idea era alejarlos lo suficiente del castillo como para adentrarse en el bosque a practicar puntería en un lugar seguro.

-No disparéis aún- tenía que decir cada treinta segundos- esperad a que nos alejemos del camino.
-¿Podemos entrar ahora? - preguntó uno de sus sobrinos, impaciente-
-No, aún estamos muy cerca del castillo. Un poco de paciencia. Un kilómetro más, y luego otro hacia adentro del bosque, y llegaremos a un claro que me parece ideal para nuestra práctica.

Para no aburrirse mientras caminaban, a los muchachos se les ocurrió organizar un concurso de salivadas. Ocasionalmente algún escupitajo iba a parar a Francisco o a Raimundo, los más pequeños del grupo, por lo que éstos trataban de pegarse a Jaime lo más posible para ganar inmunidad.

El descontrol se hizo patente cuando el mayor de los Bellpuig lanzó sin permiso un flechazo que fue a dar al tronco fino de un árbol.

-¡Qué buena puntería, eres el mejor! Los demás le aplaudían divertidos.

Jaime no tardó en darse cuenta de quién había sido el culpable, y sintió que debía ser muy firme con él para evitar que la indisciplina se generalizara.

-Dame tus flechas. - Se impuso.
-Pero señor...
-Sin peros. Dámelas ahora mismo. Me has desobedecido y en cuanto regresemos se lo diré a tu padre, y él seguro sabrá como castigarte.

El joven se sintió humillado, pero no tuvo más remedio que darle sus flechas a Jaime.
-El arco también.- gruñó, y así se hizo.
-A partir de este momento, o vamos bien organizados y en silencio, o si no regresamos al castillo.

La diversión pareció esfumarse, y de allí en más sólo se oyeron sus pasos arrastrarse entre las hojas caídas. Jaime se sintió satisfecho con su logro.

Francisco era un niño fácil de manejar. Jaime confirmaba que tuvo suerte en ese sentido, ahora que sufría el mal comportamiento de otros de su edad. Su mujer, Constanza de Luna, murió cuando el pequeño tenía apenas dos años. Se desangró dando a luz a una niña que también nació muerta. A partir de allí, los dos quedaron solos, y Jaime se apegó a su hijo, que era lo único que le quedaba de una familia a la que tanto había amado. Le dio una educación equilibrada, en base al respeto mutuo y al cariño. Viéndolo ahora -ya crecido- caminar sumisamente a su lado, en medio de un grupo de rufianes que a toda costa habría deseado evitar, Jaime sintió ternura y comprensión por su hijo. Tal vez debería haberle permitido quedarse en su hacienda, como él quería. "Pero para ser un hombre, necesita aprender a enfrentarse a las hostilidades de la vida. Hice lo correcto al traerlo" se reanimó.

Un ruido intenso se oyó entre los árboles.
-¿Qué fue eso?- Preguntaron varios a la vez, sobresaltados.
-Deber ser un ciervo- Opinó Enrique
-Shhhh... - Llevando su índice a sus labios, Ponce II de Urgel les instó a callarse para escuchar mejor-

Un crujir de ramas se oyó otra vez, y todos miraron hacia la izquierda.

-¡Yo le doy! exclamó de repente Ponce, soltando su flecha en dirección al sonido.

El grito que se oyó inmediatamente después… ninguno de los presentes podría olvidarlo en toda su vida.

Fue un aullido espeluznante. La flecha de Urgel había dado en el blanco, y éste, evidentemente, no era un ciervo.

Ni nada que se le pareciera.

La voz que agonizaba a unos metros era inconfundible... una voz humana, una mujer, o una niña quizás, que a juzgar por sus alaridos estaba sufriendo mucho.

Todos se quedaron paralizados.
Jaime se puso pálido. - ¿Dios mío, qué has hecho?
Le arrancó a Ponce de las manos el arco de madera, pero ya era demasiado tarde.
La expresión del jovencito era de absoluto pánico.

La víctima de su disparo parecía estar pasando por un auténtico suplicio. Sus sollozos se confundían con gritillos de angustia final.
"¿Tanto dolor puede ocasionar una simple flecha?" Se sorprendió Jaime, quien no tenía experiencia en batallas.

La intensidad de los quejidos fue disminuyendo peligrosamente y, tras un suspiro final, se acallaron por completo. Pero el silencio se rompió por la atronadora voz de un hombre:

-¡¡Noooo…!!
"


Esto entonces, es el Draft (borrador) de la escena. Hasta esta instancia estoy llegando por ahora, y así voy a avanzar hasta el final de la novela. Cuando tenga completo el draft de toda la novela (en dos años!) Recién ahí voy a pasar al primer edit. Es decir, a dejarlo impecable. Preocuparme por las palabras, pulirlo todo, agregar descripciones, información, embellecerlo todo.

Pero primero lo primero.
Antes que nada, lo que necesito es tener la historia escrita. Y estos dos pasos en los que voy avanzando escena a escena, capítulo a capítulo, son fundamentales.

1 comentario:

  1. La sorpresa de lo inesperado en la lectura te atrapa en su trama... y mas cuando la sorpresa que la narración te depara encierra dolor... tambien tras de lo escrito se esconden enseñanzas que se pueden ir descubriendo; la ignorancia, la desobediencia, el querer hecer mi voluntad, el no escuchar trae como consecuencia hechos dolorosos que algo me quieren enseñar, de algo que necesito aprender... Felicidades Mariana y cuando la impaciencia llegue a tí recuerda que "La felicidad no es la llegada, es el camino. <3 Nolasco

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